Atrás Informe Especial - 12/07/2022

Diseño para evitar desperdicios más allá de la materia prima

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) ha identificado el envasado como uno de los elementos clave para reducir el desperdicio a lo largo de la cadena de valor



Jason Alvarado Rodríguez/
 prensa@revistacorrugando.com

El packaging va mucho más allá de lo estético, es una decisión estratégica que tiene impacto en tiempos de producción, en la cadena logística e incluso en la posibilidad de reducir desperdicios tanto de materia prima, de los desechos que van al ambiente, así como de los mismos productos que contienen.

Especialistas en investigación de mercado de Ipsos, aseguran en recientes estudios que el 72% de los consumidores se ven influenciados por el diseño y los materiales utilizados en el embalaje del producto al momento de tomar decisiones de compra.

Esta es una decisión estratégica, que no solo influye en ventas, si no que puede garantizar menor desperdicios en el proceso de producción y también favorecer el manejo de desechos, de manera sostenible. 

La buena noticia es que, consistentemente los expertos recomiendan el papel como la mejor alternativa. Una evaluación del ciclo de vida completo (LCA) encargada por la European Paper Packaging Alliance (EPPA) y realizada por el consultor independiente Ramboll desafía la percepción común de los envases reutilizables, frente a los de papel.  Los datos actualizados del estudio reconfirman claramente los beneficios de los envases de papel de un solo uso en comparación con los sistemas de usos múltiples.

En ese sentido, Antonio D’Amato, Presidente de EPPA, dijo que los principales problemas de los envases reutilizables son: la energía y el agua. Que consumen durante el lavado y el secado para garantizar que son higiénicos y seguros para su reutilización. “Esto significa que el uso único es mejor para el clima y no agrava los problemas de estrés hídrico, que ahora es un problema creciente en muchos países”.

Roberta Barban Franceschi, profesora del Área de Diseño de la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología (ESIT) de la Universidad Internacional de La Rioja asegura que “los envases no van a desaparecer porque son, por un lado, funcionales y, por otro, necesarios para la cadena de consumo”.

Ni contaminación, ni desperdicio

En esta línea, cada vez es más claro que para conectar con los consumidores es necesario repensar el diseño y la fabricación de los envases, definiendo la manera de reducir los residuos de materiales altamente contaminantes o minimizar al máximo posible el envasado de productos.

Aunado a esto, se ha determinado que el diseño del envasado puede, además de favorecer el medio ambiente, ayudar a reducir el desperdicio de alimentos. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) ha identificado el envasado como uno de los elementos clave para reducir el desperdicio a lo largo de la cadena de valor. 

Sólo con la aplicación de tecnologías de envasado el desperdicio alimentario puede reducirse entre un 7% y un 25%, según datos de la FAO. Así, dependiendo del tipo de alimento que contenga, la reducción puede ser de hasta un 25% en el caso de envases para cereales, un 19% en el caso de frutas y vegetales y un 11% en envases para carne, pescado y marisco.